jueves, 17 de mayo de 2012

NECESIDADES Y PROPUESTAS PARA EL SECTOR DEL OLIVAR

NECESIDADES Y PROPUESTAS PARA EL SECTOR DEL OLIVAR El sector del aceite de oliva en Andalucía viene soportando unas pérdidas cercanas a los 800 millones de euros anuales, que superarán los 1.000 millones en la presente campaña, y acumulando 3.000 millones desde la campaña 2008/09. Los olivareros andaluces han realizado en los últimos años un importante esfuerzo de modernización en sus explotaciones, tanto en la puesta en riego (con inversiones medias de 5.300 €/ha) como las necesarias para avanzar en la eficiencia, adaptando los sistemas productivos y de recolección a los más modernos avances tecnológicos (superiores a 120.000 € por explotación), siempre con el objetivo de mejorar de la rentabilidad de las explotaciones. El aumento de los rendimientos en las explotaciones y las favorables condiciones climatológicas de las últimas campañas, han favorecido un aumento en la producción de aceite de oliva, alcanzando en la presente campaña 1.600.000 tn. A su vez, el consumo ha ido incrementándose, batiendo todos los records de comercialización campaña a campaña especialmente en las exportaciones, pero también apoyado con un consumo interno sostenido, e incluso aumentando en la presente campaña. Por tanto, el mercado del aceite de oliva en nuestro país se encuentra muy ajustado, con una relación entre oferta y demanda equilibrada. Sin embargo, los precios del aceite se han derrumbado desde la campaña 2008/2009, con precios que en nada responden a esta relación de oferta y demanda. Nos encontramos por tanto ante una perturbación del mercado del aceite de oliva. Incluso la Comisión Europea ha aprobado la activación del mecanismo de almacenamiento privado en tres ocasiones en las últimas cuatro campañas, al situarse los precios por debajo de los umbrales de activación, aunque han seguido sin reconocer la grave perturbación en la que se encuentra el mercado del aceite de oliva en nuestro país. A continuación analizamos las causas que han llevado al sector a la actual situación:  La posición de dominio ejercida por los tres grandes grupos empresariales (Migasa, Sovena y Deóleo controlan el 75% de la comercialización) ha conformado un precio en origen por debajo de 1,80 €/kg, que de ningún modo responde a razones de mercado, y cuyos costes de producción el propio Ministerio cifra en 2,49 €/kg.  La calidad del aceite de oliva se está utilizando como producto reclamo por estos grupos de distribución con prácticas abusivas, mientras al sector no se le permite dotarse de herramientas con las que pueda impedir estos abusos a los que se ve sometido, y conseguir así un precio justo para nuestros productos por encima de los costes de producción, comprometiendo a su vez la calidad de los aceites envasados, y dejando en situación de quiebra técnica al motor económico de una parte importante del territorio andaluz.  La falta de liquidez de los agricultores por la situación de ruina total que sufre el sector productor está agravando aún más la indefensión frente al poder de negociación de los agentes más poderosos de la cadena de valor.  La concentración de la oferta a través de la integración cooperativa no está aportando ningún valor adicional, pues las cooperativas integradas se encuentran inmersas en las mismas posiciones de dominio negociadoras, teniendo que hacer frente de igual forma a los costes de gestión y almacenamiento hasta su retirada por parte de la distribución.  La aplicación del Derecho de la Competencia en el mercado en origen de productos agrarios, en lugar de garantizar unas relaciones comerciales equilibradas y una formación de precios realmente libre y justa, está sirviendo para frustrar las iniciativas dirigidas a equilibrar las relaciones comerciales entre productores, industriales y distribuidores, cuando fue concebido para la defensa de los consumidores en un contexto muy diferente al del sector agrario. Una vez analizadas las causas que han llevado al sector a esta situación, desde COAG Andalucía presentamos el siguiente Decálogo de propuestas para el sector: 1. Puesta en marcha de medidas por parte de la administración para inyectar liquidez al sector, que permita evitar la venta precipitada de los aceites de oliva por parte de los eslabones iniciales de la cadena, ya sea: a través de créditos ICO; mediante ayudas directas a las explotaciones como en Cataluña; o con ayudas a las cooperativas por la sequía, como ya se hizo en el año 2009. 2. Adecuación de la normativa de defensa de la competencia en materia agroalimentaria para evitar posiciones de dominio de la distribución, que permita: el establecimiento de mecanismos de gestión o prevención de crisis y perturbaciones del mercado, como la gestión de stocks estratégicos, o instrumentos como CECASA, que doten de estabilidad al mercado; y la negociación colectiva de precios y condiciones de comercialización en el seno de las Organizaciones Interprofesionales. 3. Establecimiento de un marco contractual equilibrado, que asegure una regulación de las prácticas abusivas (subasta a ciegas, venta a pérdidas, abuso de posición dominante, etc…) a través de la Ley de Mejora de la Cadena Agroalimentaria, que regule las relaciones entre los distintos eslabones de la cadena agroalimentaria y contribuya al reequilibrio en la cadena de valor. 4. Legitimización del almacenamiento privado, uno de los últimos mecanismos de regulación de mercado que quedan en la OCM, que demostró su eficacia en el primer año de aplicación, y su modificación reglamentaria que establezca un mecanismo más ágil y eficiente, actualizando los precios de desencadenamiento e instaurando los instrumentos que permitan una rápida puesta en marcha ante las perturbaciones del mercado. 5. Perseguir el fraude en el sector, con todos los recursos y esfuerzos posibles, incluyendo los controles de fiscalidad-calidad, que permitan la detección de prácticas prohibidas para la obtención de los aceites de oliva, así como informar públicamente sobre los operadores que no cumplen la normativa de calidad y comercialización. 6. Desviación del aceite de orujo para aprovechamiento energético como biodiesel, al ser una materia muy eficiente energéticamente (con un poder calórico de 42 KJ/kg similar al gasóleo, y muy superior al resto de aceites vegetales que se vienen utilizando, como soja, palma, girasol y colza) y un coste de 0,0626 €/kWh, la mitad del coste de gasóleos y gasolinas, por su precio mucho más reducido. 7. Estudiar la idoneidad de la existencia de algunos sistemas de información de precios en origen, como el sistema Poolred, y dotar de transparencia al Mercado de Futuros del Aceite de Oliva, exigiendo al MFAO que haga público quiénes son los operadores, es decir, quién compra y a quién, permitiendo conocer qué tipo de operaciones se realizan y qué capacidad de influencia tienen en el precio en origen. 8. Reflote del mercado interior del aceite de oliva, estudiando los problemas de reducción del consumo interior de aceite de oliva en España y dedicando los medios necesarios desde la interprofesional para incrementar el consumo de aceite de oliva a nivel nacional. 9. Prohibición de la reutilización de los envases en la restauración, incluyendo la obligatoriedad de un correcto etiquetado y el uso de un tapón que no permita el rellenado de la botella. 10. Incorporación en el etiquetado de alegaciones saludables y nutricionales, en especial la indicación “cardiosaludable” en los aceites vírgenes.

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