sábado, 28 de mayo de 2011

Pepinos Españoles

La parlamentaria del PP cuestiona la forma en la que se ha acusado “sin pruebas” a los productores y subraya que todas las partidas salen siempre de España con los máximos controles químicos y bacteriológicos

La eurodiputada Esther Herranz exige a la Comisión Europea una investigación para determinar en qué punto de la cadena de producción y distribución se produjo la contaminación de los pepinos


Bruselas, 27 mayo de 2011.- La eurodiputada popular y miembro de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo, Esther Herranz, ha presentado hoy una pregunta por escrito a la Comisión Europea en la que le insta a que inicie una investigación exhaustiva para determinar en qué punto de la cadena de producción y distribución se ha producido la contaminación de las partidas de pepino procedentes de España y que se han consumido en Alemania.

Herranz apunta la posibilidad de que la infección por la bacteria Escherichia coli se haya producido durante el proceso de manipulación realizado en un punto de distribución, al entrar en contacto con otros productos contaminados previamente. “Solo de esta forma se podría explicar lo sucedido, ya que todas las partidas que salen de España se someten a estrictos controles químicos y bacteriológicos”, aseveró Esther Herranz.

La eurodiputada riojana subraya que la prensa alemana “ha acusado a los productores españoles de Almería y Málaga de ser los responsables de la contaminación alimentaria por esta bacteria presente normalmente en aguas fecales y lo han hecho sin pruebas concluyentes”.

Herranz recordó que en España hay varias zonas de producción de pepino, entre ellas, Roquetas de Mar, en Almería, y Algarrobo, en Málaga. “Entre ambas zonas de producción hay una distancia de 151 kilómetros, por lo que es muy difícil que una bacteria de origen fecal contamine dos producciones que están tan alejadas entre sí”, explicó. Además, el sistema de riego que se utiliza es por goteo, lo que dificulta aún más la contaminación.

Según Esther Herranz, “a estos dos hechos que harían prácticamente imposible la presencia de la bacteria en las hortalizas, hay que sumar que la producción procedente de estas dos zonas de España se traslada a Europa en camiones independientes, por lo que no entran en contacto hasta que llegan al punto común de distribución en el norte de Europa”.