jueves, 7 de abril de 2016

Muchas producciones están registrando las cotizaciones más bajas de la última década

COAG reclama ayudas de Estado para los productores de frutas y hortalizas ante la grave crisis de precios

  • Refinanciación de las deudas contraídas por los agricultores y nuevos créditos ICO para conseguir liquidez,  entre las medidas solicitadas.

  • Veto ruso, condiciones climáticas adversas y competencia desleal de terceros países han provocado el hundimiento de los precios por debajo del umbral de la rentabilidad.

Sevilla, 7 de abril de 2016. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha reclamado esta mañana en rueda de prensa en Sevilla un paquete de medidas de apoyo para los productores de frutas y hortalizas ante las graves dificultades que están atravesando. El responsable estatal, Andrés Góngora, ha explicado que este sector necesita precio “porque vive y quiere seguir viviendo del mercado. Hemos hecho un gran esfuerzo por la calidad, hemos conquistado el mercado, pero no nos lo pagan. Las cadenas quieren nuestros productos, pero los quieren baratos, con la connivencia de las autoridades. Hay estrategias para marcar precios a la baja pero nadie lo investiga. La Comisión Nacional de Mercados y Competencia mira para otro lado”. En ese sentido, el secretario general de COAG Andalucía, Miguel López, ha apuntado que  “frente a la tendencia hacia la desregulación de la UE, eliminando mecanismos o haciéndolos inútiles, nuestro gobierno debe considerar al sector agrario una cuestión de estado, como ocurre en otros países”.  

Andrés Góngora ha explicado que ese apoyo podría articularse a través de las ayudas de Estado o mediante ayudas de minimis, con fondos estales y autonómicos, consistentes en:

 - Refinanciación de la deuda que, a día de hoy, tienen contraída los productores tanto de carácter hipotecario, por la adquisición y mejora de sus explotaciones, como por sus necesidades de circulante de las últimas campañas. Se trataría de una moratoria de dos años para los vencimientos de capital e intereses de dichos créditos, así como para los nuevos intereses generados con cargo integro a las ayudas de estado o minimis.

 - Establecimiento de nuevos créditos (ICO) destinados a proporcionar liquidez y capital circulante a las explotaciones para poder hacer frente a la nueva campaña agrícola. Dichos créditos podrían alcanzar un principal máximo de 75.000€ por beneficiario con un periodo de amortización de cinco años, incluyendo un año inicial de carencia. La bonificación de los intereses recaería en las ayudas de estado o minimis.

“Este sector, que no tiene ayudas, necesita financiación, no que nos lleven al matadero con las entidades financieras”, exige Góngora.

La difícil situación que atraviesan las frutas y hortalizas tiene su origen en causas diversas, que abarcan tanto variables meteorológicas como otras de carácter político o económico. El embargo ruso sobre la exportación de productos agrícolas de la UE ha tenido un efecto muy notable en el sector español de las frutas y hortalizas en las últimas campañas. A ello se unen las graves dificultades que están afectando a los productores durante la presente y pasadas campañas, derivadas de múltiples factores, entre los que destacan: las irregulares condiciones climáticas; la competencia planteada por las importaciones incontroladas procedentes de terceros países y por el aumento de la producción y mayor coincidencia de calendarios de producción con otros países competidores de la UE, o las consecuencias del veto de Rusia a determinados productos hortofrutícolas de Turquía.

El pasado 14 de marzo la Comisión Europea, en el marco del Consejo de Ministros de Agricultura de la UE, reconoció la situación de crisis de rentabilidad que padece el sector de las frutas y hortalizas europeas y anunció que dará su plena consideración a una aceptación temporal en el incremento del límite máximo de las ayudas estatales de los Estados miembro hasta un valor de 15.000 € por agricultor y año, eliminando además el límite máximo nacional para este tipo de ayudas.

Muchos productos han registrado los precios más bajos en los últimos años y en algunos casos los precios más bajos en la última década. Por ejemplo, este invierno se han producido serios problemas en hortalizas de invernadero y hortalizas al aire libre o las últimas campañas de fruta de hueso y fruta de pepita han estado por debajo de los parámetros de rentabilidad”, ha subrayado Góngora.

Las medidas dispuestas a través de reglamentos comunitarios para paliar el bloqueo de los envíos a Rusia no han tenido impacto sobre la rentabilidad de los productores porque su diseño es ineficiente y porque han sido escasamente utilizadas por parte de las empresas de comercialización en origen, debido a la presión que ejerce sobre ellas la distribución comercial. Dichas comercializadoras en origen acaban mandando todo el producto al mercado, incluso sin asegurar un precio al productor. Por otro lado, los sistemas de prevención y gestión de crisis en el sector resultan del todo ineficaces y no sirven para revertir problemas de bajos precios en el mercado y, por tanto, para mantener la rentabilidad final de los agricultores de frutas y hortalizas.

Lo que plantea la UE es un insulto a la inteligencia. Prolongar las medidas contra el veto ruso no es la solución, aunque se aumente algo el precio de retirada o se incorporen nuevos productos como el caqui o la granada. El problema va más allá. Esto es una crisis estructural y necesitamos herramientas efectivas”, apunta Góngora. Y añade: “Ahora comienza la campaña de la renta y a pesar de la crisis vendrá a recaudar en el sector. Hace meses que presentamos un informe para la revisión de los módulos y todavía no han contestado”, concluye.  
PARA DAR UN SALTO DE CALIDAD Y AFRONTAR LOS RETOS FUTUROS
PRODUCTORES Y DESMOTADORAS IMPULSAN
LA CONSTITUCIÓN DE LA INTERPROFESIONAL DEL ALGODÓN

* Mejorar el producto, adaptarlo a la demanda y fijar una estrategia de promoción diferenciada son los principales objetivos de la asociación.

Sevilla, 6 de abril de 2016. Las organizaciones profesionales agrarias (ASAJA, COAG y UPA), las asociaciones de desmotadoras (AEDA y ADESUR) y la algodonera Blanca Paloma han constituido hoy una asociación que supone el primer paso para crear la Interprofesional del Algodón. El objetivo es defender los intereses del sector algodonero, tanto en su vertiente de producción como en su transformación y comercialización. Una vez constituida la asociación, se han presentado sus estatutos al director general de Producción Agraria de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Rafael Olvera, para que pueda ser reconocida como Interprofesional.

Esta asociación pretende convertirse en un punto de encuentro permanente, en el que todos sus participantes podrán debatir y adoptar decisiones vinculantes para el sector, en aras de garantizar su viabilidad.

Todas las actuaciones que se desarrollen buscarán conseguir estos tres objetivos fundamentales: avanzar en la mejora de la calidad del algodón (I+D+i, prácticas recomendadas en las distintas etapas, etc), adaptar las producciones a la demanda del mercado (calidad de la fibra, protección del consumidor y respeto al medio ambiente) y fijar una estrategia de promoción para el algodón de calidad diferenciada producido en Andalucía.

En la actualidad el algodón ocupa 65.000 hectáreas y es vital en las rotaciones de 6.000 explotaciones. Es el cultivo anual de regadío que mayor superficie ocupa (por delante de arroz, maíz y remolacha) y el que más mano de obra genera: 800.000 jornales.

Por su parte, la industria desmotadora tiene una capacidad de desmotado de 300.000 toneladas y mantiene 203 empleos fijos, a los que hay que añadir 530 eventuales.

Además, el algodón genera 30 millones de euros en las zonas rurales por las labores de recolección y transporte.

La contribución del sector a la Producción Final Agraria ronda los 300 millones de euros.

Las exportaciones de fibra, que suponen casi el 90% del total, oscilan en torno a los 70 millones de euros.

En definitiva, se trata de un sector por el que se debe luchar, porque es dinamizador de la economía y generador de empleo en el medio rural. Es, de hecho, un sector que se desarrolla tradicionalmente en el territorio andaluz y ha respondido a las distintas circunstancias mediante su profesionalización y también a las demandas de la sociedad, avanzando en una producción sostenible medioambientalmente: la producción integrada ha supuesto la eliminación del plástico y la reducción del 40% en el uso de los fertilizantes, el 30% del agua de riego y se ha pasado de aplicar 6 tratamientos fitosanitarios a únicamente 2,5 tratamientos.

A pesar de esta importancia, el sector sigue teniendo retos que debe afrontar, y que, entre otras cuestiones, pasan por:

-Avanzar en calidad: establecimiento de las mejores prácticas en cada una de las etapas de producción y transformación, autorización del defoliante adecuado a la mayor parte de nuestras producciones (tempranas), promover programas de I+D que se traduzcan en procesos innovadores en el sector, etc…

-Valorizar la fibra, en su mayor parte procedente de algodón respetuoso con el medio ambiente, desarrollando estrategias de comercialización que faciliten información adecuada a los consumidores.

-Mantener el valor de la semilla de algodón.