martes, 5 de junio de 2018

acuerdo con Mercosur aunque sus concesiones para lograrlo perjudiquen al sector arrocero

El vicepresidente de la sectorial arrocera de Europa y dirigente de AVA-ASAJA, Miguel Minguet, da la voz de alarma tras participar en una reunión en Bruselas

La UE admite que está dispuesta a alcanzar un acuerdo con Mercosur aunque sus concesiones para lograrlo perjudiquen al sector arrocero

Valencia, 5 de junio de 2018. La Unión Europea (UE) considera prioritario cerrar cuanto antes el acuerdo comercial que está negociando con Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) y para conseguirlo está dispuesta a utilizar la agricultura como su principal moneda de cambio. El sector arrocero europeo, y por consiguiente el español y el valenciano, figura entre los más perjudicados, ya que entre las concesiones que baraja Bruselas para poder alcanzar un pacto con la referida alianza de países latinoamericanos se contempla la posibilidad de importar entre 45.000 y 100.000 toneladas de arroz a bajo arancel (15 euros/tonelada) procedentes de Mercosur que entrarían a Europa en condiciones tan sumamente ventajosas para sus intereses como lesivas para los arroceros comunitarios.
Esa es la principal e inquietante conclusión que ha extraído el vicepresidente de la sectorial arrocera del COPA-COGECA -la entidad que agrupa a las organizaciones agrarias y a las cooperativas europeas- y a su vez miembro del comité ejecutivo de AVA-ASAJA, Miguel Minguet, de la reunión de alto nivel en la que acaba de participar en Bruselas para conocer de primera mano el curso de las negociaciones entre la UE y Mercosur. Al término del encuentro, Minguet no ocultaba su profunda decepción: "lo que se nos ha trasmitido supone una puñalada trapera, ya que no sólo no han atendido ni una sola de nuestras peticiones, sino que han reconocido abiertamente que van a firmar el tratado comercial con Mercosur aunque las consecuencias resulten muy negativas para el arroz europeo. Su actitud es de un cinismo inaceptable".
Las conversaciones entre la UE y el referido bloque de países latinoamericanos han vuelto a relanzarse tras un período de parálisis debido a que se ha logrado cerrar un acuerdo sobre un capítulo especialmente estratégico para los mandatarios europeos como es el del automóvil y es ahora cuando la agricultura está encima de la mesa convertida en una pieza codiciada por Mercosur y que la UE está utilizando como moneda de cambio para obtener ventajas en otros sectores, tal como se desprende del rumbo que han tomado los acontecimientos.
El vicepresidente de la sectorial arrocera del COPA-COGECA y miembro del comité ejecutivo de AVA-ASAJA alerta del grave riesgo que entraña el mencionado pacto comercial para los arroceros valencianos, "porque hay que tener muy en cuenta que la mayor parte del arroz de Mercosur que llegaría a Europa con arancel reducido es del tipo redondo (japónica), es decir, de la misma variedad que se cultiva en los parques naturales de la Albufera y de la Marjal Pego-Oliva, por lo que rivalizaría directamente a precios más bajos".
Además, apunta Minguet en su análisis que el asunto reviste una gravedad extraordinaria "porque actualmente el equilibrio comercial en que el que se encuentra el sector arrocero de la UE es muy precario debido al incremento de las importaciones por parte de la UE de arroces procedentes de Asia, especialmente de Tailandia, Camboya o Vietman, impulsadas por la firma de sucesivos acuerdos comerciales que para los agricultores europeos dedicados al cultivo arrocero suponen una competencia desleal que les está dejando en una situación cada vez más complicada. El tratado con Mercosur en los términos que se plantea puede suponer un golpe definitivo para nuestros arroceros".
A la vista de la situación, Minguet se muestra partidario de que cada una de las delegaciones europeas de los grupos de trabajo del arroz "se ponga en contacto con sus respectivos ministerios para que presionen en contra de la ratificación del acuerdo con Mercosur una vez se apruebe, ya que entiendo que la vía de la negociación está agotada y lo único que nos queda es la presión política".