lunes, 13 de junio de 2011

COAG-Jaén pide la creación de una mesa de negociación para solucionar el problema de la homologación de vehículos agrícolas

COAG-Jaén pide la creación de una mesa de negociación para solucionar el problema de la homologación de vehículos agrícolas


La Coordinadora de Organización es de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Jaén va a solicitar la creación de una mesa de negociación para tratar el tema de la homologación de los quads para uso agrícola, ya que la Administración aún no ha dado una respuesta clara al respecto.


13 de junio de 2011. COAG-Jaén va a solicitar a la Subdelegación del Gobierno la creación de una mesa de negociación con el objetivo de tratar de dar una solución definitiva al problema al que se enfrentan cada campaña de recolección de la aceituna tanto empresarios como jornaleros con la utilización de los quads. Actualmente, ya existen algunas empresas que ofrecen este tipo de vehículos con varios sistemas de protección, que serían un arco, rotativo cinturón y zumbador. COAG-Jaén considera positivo que estén dando pasos en este sentido, pero advierte de que la inclusión de estos sistemas encarecerá el precio del vehículo en unos 1.500 euros, “inasumibles para los olivareros, que ya llevan tres años recogiendo pérdidas económicas de sus explotaciones”, apunta el secretario de Organización de COAG-Jaén, Juan Luis Ávila.

Para la Coordinadora, resulta incomprensible que el agricultor pueda comprar un quad e inscribirlo como vehículo agrícola, pero que luego no esté homologado para las tareas del campo y la Administración imponga la correspondiente multa. Además, no es un problema que se queda sólo en los quads, sino que afecta también a los tractores. “Permiten que los olivareros los registren como vehículos agrícolas, pero después no les conceden la homologación correspondiente, por lo que el agricultor debe desembolsar más dinero para adecuarlo al campo”, añade Ávila. Por ello, pide a la Administración que “se pronuncie sobre este caso y regule de una vez por todas la homologación de estos vehículos”

Un equipo de la Escuela de Ingeniería Agronómica combina purines y subproductos agrícolas valencianos para producir biogás

Un equipo de la Escuela de Ingeniería Agronómica combina purines y subproductos agrícolas valencianos para producir biogás

• Los subproductos agrícolas utilizados son destríos de pimientos, tomates, melocotones y caquis

Valencia, 13 de junio de 2011.- Un equipo de investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Animal de la Universitat Politècnica de València (UPV), vinculado a la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural (ETSIAMN), ha desarrollado un proyecto que combina purines de cerdo y subproductos agrícolas para optimizar la producción de biogás. De esta manera, se consigue dotar de valor añadido al exceso de purines de las granjas de la Comunidad Valenciana y dar un uso sostenible a los destríos de algunos subproductos hortofrutícolas valencianos.
Los investigadores principales del proyecto, ingenieros agrónomos, coordinado por el catedrático Antonio Torres, María Cambra-López, Verónica Moset y Pablo Ferrer, explican que “en las granjas de cerdos se generan grandes cantidades de purines, compuestos fundamentalmente por las deyecciones de los animales, agua de limpieza y restos de pienso, cuya gestión consiste normalmente, en el almacenamiento en balsas y posterior aplicación en campo como fertilizante. Estos purines contienen una elevada carga de nutrientes como nitrógeno y fósforo, y materia orgánica”.
Los investigadores explican que debido a las características de los purines, ricos en nutrientes y materia orgánica, éstos pueden llegar a contaminar suelos, acuíferos y atmósfera, como consecuencia de la excesiva acumulación de nutrientes en los suelos y en las aguas y la emisión de gases de efecto invernadero y amoniaco a la atmósfera. Una de las aplicaciones actuales de los purines es utilizarlos como fertilizantes para el campo, “pero nos encontramos con el problema de que en la Comunidad Valenciana la alta concentración ganadera en zonas muy localizadas del norte de Castellón y el interior de Valencia, provoca que no exista suficiente superficie agrícola para aplicar el elevado volumen de purines generado en estas explotaciones. Además, el transporte de los purines entraña unos costes elevados por su alto contenido en agua, que ni ganaderos ni agricultores están dispuestos a asumir”, explica Cambra-López.
Por ello, el equipo de investigadores de la ETSIAMN ha estudiado el tratamiento conjunto de purines y subproductos agrícolas para producir biogás, con el objetivo de proporcionar alternativas sostenibles de uso y aprovechamiento de los purines, evitando así efectos medioambientales no deseables, y dotándolos de un valor añadido, es decir, transformarlos en energía.
Moset explica que “los purines producen energía, pero poca y, por lo tanto, no es rentable para el ganadero soportar el coste de una plata de biogás. Por ello, hemos combinado los purines con destríos de algunos subproductos hortícolas y frutales de las zonas de la Comunitat donde están ubicadas las granjas de cerdos para aumentar el nivel de metano en los purines y de esta manera, producir biogás de manera rentable”.
De momento, los investigadores han ensayado in vitro la combinación de purines con destríos de pimiento, tomate, melocotón y caqui para conocer su potencial para producir biogás y buscar el nivel óptimo de combinación de ambos sustratos (purines y sub-productos agrícolas).
Tras un año de estudio, los ingenieros han comprobado que el pimiento aumenta en un 44% la producción de metano respecto a la de los purines solos; el tomate, la aumenta un 41%, el melocotón, un 28%; y sin embargo, con el caqui no han observado ninguna diferencia.
Con estos esperanzadores datos, Ferrer asegura que “vamos a realizar pruebas en digestores a mayor escala y de manera continua, para simular el proceso real de producción de biogás combinando purines y los destríos de pimiento, tomate y melocotón. El caqui queda descartado de momento del estudio”.
Los investigadores piensan que en un año pueden obtener resultados a escala real y podrían ya aplicarse en plantas de biogás centralizadas, que podrían estar gestionadas por empresas interesadas e incluso por los propios Ayuntamientos de las zonas donde se concentra la ganadería en la Comunidad Valenciana.