martes, 21 de noviembre de 2017

La venta de cítricos a precios reventados por parte de algunas cadenas amenaza la estabilidad de la campaña

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) advierte a estas empresas que si no corrigen sus abusos comerciales habrá una respuesta en forma de movilizaciones

La venta de cítricos a precios reventados por parte de algunas cadenas amenaza la estabilidad de la campaña

Valencia, 21 de noviembre de 2017. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) denuncia que determinadas grandes cadenas de supermercados han puesto en marcha campañas de ofertas que utilizan a los cítricos como producto reclamo y que suponen en la práctica una seria amenaza para la estabilidad de una campaña que hasta el momento estaba discurriendo por cauces bastante equilibrados en términos de rentabilidad para los diferentes actores que intervienen en la misma.

Sin embargo, ciertas firmas de la distribución parecen empeñadas en perturbar el normal desarrollo de la temporada naranjera mediante una política comercial que ofrece al público mandarinas o naranjas a precios reventados, una práctica que tiene un efecto de contagio sobre el resto de eslabones de la cadena agroalimentaria y que termina, en última instancia, por establecer una tendencia bajista que acaba por traducirse en cotizaciones de ruina para los productores.

Hasta el momento, las cadenas de supermercados que han lanzado las ofertas más abusivas son Carrefour y Lidl. La primera ofrecía estos días en sus lineales el kilo de mandarina a 0,50 céntimos, mientras que la segunda anuncia en su página web, bajo el eslogan "Supersábado 25/11", una rebaja del 42% en el precio del kilo de mandarina, ya que pasará a venderlo a 0,69 céntimos cuando hasta ahora venía comercializándolo a 1,19 céntimos.

Semejantes promociones no guardan relación alguna con la situación real del mercado citrícola en estos momentos ni se corresponden en modo alguno con los precios de venta al público que están en vigor en otros establecimientos de la misma naturaleza o en algunas fruterías, donde el kilo de mandarina se sitúa entre 1,20 euros y 1,39 euros, lo cual está mucho más en consonancia con las características productivas del ejercicio citrícola en curso. No obstante, también es cierto que comienza a detectarse una inquietante tendencia a la baja en el precio de venta al público de naranjas y mandarinas por parte de otras firmas de la gran distribución como Dia y Alcampo.

"Efectivamente –lamenta el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado– el asunto es tanto más grave cuanto que no responde en modo alguno a la lógica interna del mercado ni a las leyes de la oferta y la demanda. Este campaña tenemos un descenso de producción de más de un 20% respecto al año pasado y esa circunstancia estaba propiciando que la fruta saliese a buen ritmo y con precios que, en líneas generales, podemos considerar razonables. Sin embargo, algunos señores han decido abrir la veda sin reparar que con esas prácticas indeseables pueden hacer saltar por los aires una campaña que reúne todos los requisitos para funcionar bien. O quizá la conclusión es aún peor y esos señores saben perfectamente lo que están haciendo y los objetivos que persiguen".

Así las cosas, el presidente de AVA-ASAJA anuncia que enviará una carta "a los responsables de las empresas que están incurriendo en estos abusos para tratarles de explicar que esas ofertas degradan el mercado agrario y provocan situaciones en las que el agricultor entra en pérdidas. Eso es algo que nos parece inadmisible y por eso vamos a pedirles que cambien de actitud al respecto porque en caso contrario estamos dispuestos a iniciar movilizaciones contra esas firmas".

Con todo, el máximo responsable de esta organización agraria reconoce que "durante la presente campaña la mayor parte de las cadenas de distribución había mostrado hasta ahora un comportamiento comercial muy ajustado a la realidad de la coyuntura citrícola. Por eso, nos parece una verdadera lástima que las cosas estén cambiando y que algunos sigan sin entender que ciertas prácticas, tarde o temprano, tienen repercusiones muy negativas sobre el conjunto de la sociedad".