jueves, 15 de enero de 2015

COMUNICADO / La nueva PAC deja sin ayudas directas a más de la mitad de la superficie agraria valenciana y al 20,8% de los agricultores


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COMUNICADO / La nueva PAC deja sin ayudas directas a más de la mitad de la superficie agraria valenciana y al 20,8% de los agricultores

Un estudio de AVA-ASAJA estima que de los 45.777 millones de euros asignados por la UE a
España para el periodo 2014-2020 a la Comunitat Valenciana sólo llegará el 2,8% del total
La nueva PAC deja sin ayudas directas a más de la mitad de
la superficie agraria valenciana y al 20,8% de los agricultores
Valencia, 15 de enero de 2015. La nueva Política Agrícola Común (PAC),
aprobada para el periodo 2014/2020 pero cuya aplicación arranca este año,
perpetúa y ahonda la discriminación histórica a la que Bruselas somete a los cultivos
mediterráneos. Las conclusiones de un informe elaborado por los servicios técnicos
de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) acreditan que la
Comunitat Valenciana va a sufrir un trato discriminatorio que repercutirá de forma
muy negativa sobre el sector agrario al situar a muchos de sus cultivos en una clara
situación de desventaja competitiva.

La contundencia de los datos sobre la aplicación de la PAC en el territorio
valenciano ilustra por sí sola de la magnitud de esta marginación. Así, el informe de
AVA-ASAJA revela que el 50,4% de la superficie agraria de la Comunitat Valenciana
(334.102 hectáreas) no percibirá ningún tipo de ayudas directas procedentes de
Europa, al tiempo que el 20,8% de los agricultores valencianos (25.060 titulares de
explotación) se quedará, igualmente, sin recibir ninguna clase de subvención
comunitaria. Estas cifras contrastan con las previsiones para esas mismas variables
en el conjunto de España, ya que, en este caso, la superficie que se quedará sin
ayudas directas representa el 25% del territorio agrícola español –frente al 50,4% en
la Comunitat Valenciana–, mientras que los agricultores que no recibirán
subvenciones en España supondrá el 15,4% del total de los mismos frente al 20,8%
en la Comunitat Valenciana, tal como ya se ha señalado.

“La causa principal de esta discriminación –apunta el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado– no es otra que la pretendidamente nueva PAC ha nacido más vieja que nunca. En otras palabras, que tras más de cincuenta años y después de siete reformas de la política agraria toda una serie de cultivos como las hortalizas, los frutales o la mayor parte del viñedo siguen sin percibir ayudas debido a una decisión arbitraria y que implica un agravio comparativo respecto al resto de producciones agrarias que sí cobran ayudas”.

Así las cosas, y durante el periodo de aplicación de la PAC, cultivos emblemáticos como las hortalizas de la Huerta de Valencia, como los caquis de La Ribera, el albaricoque de la Vall d´Albaida, el moscatel de Teulada o Turís, la alcachofa de Benicarló, las cerezas de la Montaña de Alicante o la mayoría de los viñedos de Utiel-Requena no percibirán pagos directos.

Por otra parte, las cifras globales sobre la parte del presupuesto de la PAC asignado a España por Bruselas que va a destinarse a la Comunitat Valenciana hasta 2020 no sólo no auguran nada bueno, sino que corroboran esa discriminación a gran escala que denuncia AVA-ASAJA. No en vano, y de acuerdo con las estimaciones al respecto de esta organización agraria, de los 45.777,5 millones de euros que recibirá España por parte de Bruselas, a la Comunitat Valenciana sólo llegará el exiguo porcentaje del 2,8% de esa cifra global.

Tampoco servirá para aliviar las negras perspectivas que la PAC dibuja para el campo valenciano el apartado de las medidas de mercado, puesto que la dotación se situará en torno a los 280 millones de euros para siete años con los que habrá que sufragar acciones tan decisivas como las retiradas de producción y la promoción. “Se trata de una cantidad irrisoria –lamenta Aguado– pero, en definitiva, lo que demuestra todo esto es que la PAC no ofrece las respuestas que esperamos los agricultores mediterráneos. Bruselas sigue aferrada a las viejas ideas de siempre y esas ideas no sirven porque ahondan las desigualdades entre agricultores de primera y de segunda categoría y prolongan un modelo obsoleto e ineficaz”.