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Según expertos del Departamento de Ingeniería Hidráulica y Medio
Ambiente, adscrito a la EscolaTècnica Superior d’EnginyeriaAgronòmica i del
Medi Natural
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Esta plaga ha proliferado en la Comunitat por la extrema sequía
que se está viviendo en la actualidad
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Las zonas más afectadas de la Comunitat son el norte de Valencia,
el centro-sur de las provincias de Alicante y de Castellón
Valencia,
12 de marzo de 2015.-
Expertos
de laEscolaTècnica Superior d’EnginyeriaAgronòmica i del Medi Natural
(ETSEAMN), perteneciente a laUniversitatPolitècnica de València (UPV), recomiendan,en los terrenos forestales de la Comunitat Valenciana afectados por la
plaga del Tomicus, cortar los árboles infestados y descortezarlos o triturarlos
o extraerlos del monte antes de que aparezcan los insectos adultos.
Como explica Antonio del Campo, profesor del Departamento de Ingeniería Hidráulica y Medio Ambiente adscrito a
ETSEAMN, “en los focos
localizados, deben cortarse los pinos que mantienen partes verdes para evitar
que nazca la nueva generación de insectos que se encuentra en su interior. Esta
decisión debe ser tomada por personal técnico que conozca la biología del
insecto”.
Del Campo añade que “los árboles muertos, ya sea directamente por la
sequía o por la plaga, ya no portan el insecto, puesto que éste ha salido del
tronco y su corta no incide en el control de la plaga ni incide en agravar su
evolución; pueden considerarse otros motivos para su corta como los
paisajísticos, de seguridad o cualquier otro que estime su propietario y transportarlo a donde considere
oportuno”.
Según los investigadores, aunque las acciones puestas en marcha por la
administración pública valenciana entran dentro del sentido común y del
criterio lógico que cabe esperar de un gestor del territorio forestal, “lo
cierto es que su utilidad es muy dudosa si las condiciones climáticas no
cambian, cosa que parece poco probable. Hemos de tener en cuenta que la
precipitación del 2013-2014 en muchas zonas de la CV es la propia del Cabo de
Gata (área más seca de Europa), donde obviamente los bosques no pueden existir
y aparecen formaciones fruticosas mucho menos exigentes en agua y más estables
con el clima”.
Además, apuntan como imprescindible la concienciación social de que el
cambio climático está conviviendo con la sociedad, que ha venido para quedarse
y que no sólo trae cambios del paisaje, sino que también los traerá en otros
aspectos de su socioeconomía y su cultura.
Extrema sequía
La aparición y rápida proliferación de la plaga del Tomicus se explica
por la extrema sequía que está afectando a la Comunitat Valenciana, que ha
tenido como consecuencia directa un deterioro en el estado fitosanitario de la
vegetación, lo que ha supuesto la muerte de numerosos pies de pino carrasco (Pinushalepensis)
y pino rodeno (Pinuspinaster), pero especialmente del primero por ser
mucho más abundante. Se trata de una mortandad excepcional, motivada por los
bajísimos registros de lluvia de los que no se tiene constancia anterior.
Gran parte del territorio había recibido, cuando comenzó el problema,
menos de la tercera parte de la lluvia de lo que corresponde a un año medio y
durante el último año hidrológico apenas llegó al 40 % de la media. Aunque algo
ha mejorado el último semestre, el déficit acumulado agrava aún más la
situación.
Lejos de ser un episodio anecdótico y aislado de sequía, los deficientes
registros indicados se unen a una serie con elevada irregularidad y déficit de
lluvias (recuérdese por ejemplo el año 2012 y especialmente su primavera a la
que siguió el catastrófico verano con más de 50.000 ha calcinadas sólo en la
provincia de Valencia). Si bien las masas forestales mediterráneas pueden
resistir una elevada intensidad de estrés hídrico, también hay que tener en
cuenta que la frecuencia y magnitud del mismo acaba debilitando y finalmente
matando muchos árboles.
Está claro pues que la debilidad del arbolado generada por la sequía,
favorece la aparición de agentes dañinos de los denominados de debilidad. En el
caso de los pinares han proliferado los insectos perforadores, la mayoría de
los cuales pertenecen a la familia de los escolítidos: se trata de insectos
autóctonos presentes en todos los pinares, que precisan de cierta debilidad del
arbolado para generar daños, excepto cuando la población del insecto es muy
grande, pudiendo afectar entonces a árboles completamente sanos.
Zonas afectadas en la Comunitat
En diversas zonas, especialmente en las más áridas de la Comunitat, se
detectan grandes daños sin detectar otro agente causante que no sea la falta de
agua. Estas áreas están principalmente en el centro-sur de la provincia de
Alicante y la zona prelitoral comprendida entre el norte de Valencia y
centro-sur de Castellón.
La extensión es amplia, si bien las afecciones normalmente no afectan
extensas áreas sino que se concentran en focos más o menos localizados. En el
caso del sur de Alicante, las extensiones son más amplias afectado a sierras
enteras como el caso de Orihuela. El control de estas plagas no es fácil,
puesto que la vida de estos insectos se desarrolla mayoritariamente bajo la
corteza donde se encuentran protegidos y no son accesibles mediante producto
fitosanitario alguno. Además, la probabilidad de que un árbol sea afectado
resulta de una interacción compleja entre su genotipo y las condiciones
ambientales que le rodean, lo que hace muy complicado prever qué árboles serán
afectados.