sábado, 3 de marzo de 2012

Las cooperativas agroalimentarias en la encrucijada de un cambio de modelo

Las cooperativas agroalimentarias en la encrucijada de un cambio de modelo La Fundación Cajamar presentó el pasado miércoles 22 a las 19:00 horas en el salón de Actos de Cajamar en Valencia el libro “El gobierno de las cooperativas Agroalimentarias. Factores de éxito”. El director de la obra, Narciso Arcas, ingeniero agrónomo y profesor de Economía de la Empresa, expuso las claves del gobierno de las cooperativas agroalimentarias en la coyuntura actual ante el reto de la internacionalización y la competitividad. El gran desafío del gobierno de las cooperativas en estos momentos pasa por hacer compatibles las innovaciones organizativas con los valores y principios que conforman la esencia del cooperativismo. Las cooperativas agroalimentarias tienen una gran importancia socioeconómica en la Unión Europea, y en particular en España, tanto en términos cuantitativos como cualitativos. En el primer caso, por el elevado número de organizaciones existentes, de socios que las integran, de facturación, y de puestos de trabajo que generan. Y, en el segundo, por su protagonismo para la mejora de la competitividad de las empresas agrarias de sus socios, a través de los servicios que les prestan. El buen gobierno de las cooperativas es un elemento fundamental del éxito de la relación que mantienen con sus socios y, en definitiva, de su competitividad. En el caso de las cooperativas agroalimentarias, su gobernanza adquiere una especial relevancia por el elevado número de socios de la mayoría de ellas, unido a la diversidad de papeles que pueden desempeñar. El grupo de investigadores responsable de este trabajo, todos ellos relacionados con la Cátedra Cajamar de Cooperativismo Agroalimentario en la Universidad Politécnica de Cartagena, parte de una premisa fundamental: las cooperativas agroalimentarias tienen una gran importancia socioeconómica en la Unión Europea, y en particular en España, tanto en términos cuantitativos como cualitativos. En el primer caso, por el elevado número de organizaciones existentes, de socios que las integran, de facturación, y de puestos de trabajo que generan. Y, en el segundo, por su protagonismo para la mejora de la competitividad de las empresas agrarias de sus socios, a través de los servicios que les prestan (suministro de inputs, asesoramiento técnico, formación, información, innovación, acceso a ayudas para la mejora de sus explotaciones, transformación, comercialización, etc.), así como por la mejora del poder de negociación de los agricultores frente a proveedores y clientes. El equilibrio en las relaciones y, sobre todo, su competencia, visión empresarial y social, son elementos fundamentales para el buen gobierno, pero extremadamente complejos en los momentos actuales donde la tensión en los mercados pone a prueba a los órganos de gobierno de cualquier empresa y en mayor medida en las cooperativas, donde sus propietarios son a la vez proveedores y clientes. Es especialmente interesante comprobar que en este estudio se confirman las conclusiones del Plan Estratégico del Cooperativismo Agroalimentario Español, donde ya se adelantaban como ejes básicos la necesidad de reforzar la cultura empresarial de los socios y dirigentes y la competencia técnica de sus directivos, así como la puesta en marcha de políticas activas de comunicación entre los tres niveles de la organización. Sólo así, las cooperativas serán capaces de compartir misión, visión y valores y por lo tanto compatibilizar los intereses a corto plazo con una estrategia a largo que garantice la continuidad de la cooperativa como empresa, y como entidad al servicio de un colectivo que va más allá de los propios asociados, porque contribuye de forma decisiva al desarrollo económico de buena parte de nuestro medio rural. El buen gobierno de las cooperativas es un elemento fundamental del éxito de la relación que mantienen con sus socios y, en definitiva, de su competitividad. En el caso de las cooperativas agroalimentarias, su gobierno adquiere una especial relevancia por el elevado número de socios de la mayoría de ellas, unido a la diversidad de papeles que pueden desempeñar (proveedor, cliente, propietario, controlador, trabajador y beneficiario). Por ello, su estudio aconseja la utilización de un amplio abanico de teorías que, con enfoques complementarios, contribuyan a mejorar la explicación de las relaciones socio-cooperativa. Precisamente ése es el objetivo del presente trabajo. En él, tras poner de relieve la importancia económica de las cooperativas agroalimentarias y la problemática de su gobierno, se exponen las aportaciones de diferentes teorías: la neoclásica, costes de transacción y agencia, derechos de propiedad, relacional y recursos y capacidades. Además, los postulados de estas teorías se contrastan de forma empírica con la información obtenida de 277 encuestas realizadas a socios de estas cooperativas. El gran desafío del gobierno de las cooperativas en estos momentos pasa por hacer compatibles las innovaciones organizativas derivadas de las aportaciones de las diferentes teorías expuestas, con los valores y principios que conforman la esencia del cooperativismo.

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