sábado, 9 de noviembre de 2013

Jaén registra en lo que llevamos de otoño un 90% menos de precipitaciones que en las últimas cinco campañas




Jaén vive el otoño más seco de los últimos años, ya que entre septiembre y octubre de este año han caído 8 litros por metro cuadrado de lluvia de media, aunque la cifra varía según las comarcas

La escasez de agua está afectando al desarrollo del cultivo del olivar y está propiciando que el fruto se arrugue, con lo que se espera un menor rendimiento graso y, por lo tanto, una reducción en la producción


Jaén, 4 de noviembre 2013. El desarrollo de la aceituna se está viendo afectado por la escasez de precipitaciones que vive la provincia jienense desde que acabó la temporada estival. Los meses de septiembre y octubre de 2013 han sido los más secos de los últimos años, con tan solo 8 litros por metro cuadrado de media, la mayoría recibidos durante el mes de octubre. Pese a que hay comarcas en las que la lluvia ha sido más generosa, en otras apenas ha caído una gota de agua, lo que está repercutiendo de forma importante en el desarrollo de la aceituna, que ya venía retrasado desde la primavera.

         Esta situación de sequía otoñal es la más grave de los últimos años, con una drástica caída pluviométrica del 90% entre septiembre y octubre de 2013 con respecto a la media de las últimas cinco campañas durante el mismo periodo, que es de 76 litros por metro cuadrado. Mientras que entre septiembre y octubre de 2012 cayeron 76 litros por metro cuadrado de media y en 2011 unos 37 l/m2, en 2010 se obtuvieron cifras récords con 121 l/m2. En 2009 la cifra, aunque menor, también fue positiva, con 64 l/m2 mientras que en 2008 se recogieron 83 l/m2. Se trata de cifras muy alejadas de los 8 l/m2 que se han registrado en los dos meses anteriores.


Según COAG-Jaén, habrá que esperar a las próximas semanas para ver cómo evoluciona el tiempo, aunque lo que ya es evidente es que el rendimiento graso es menor a estas alturas que años anteriores, por lo que se espera más bajo que en temporadas anteriores. La falta de precipitaciones está contribuyendo ahora a un mayor retraso en la maduración y a que el fruto se esté arrugando –con la caída de fruto incluso en algunas comarcas- por lo que consideramos que esta situación va a provocar una caída en el rendimiento graso. Y esto llevará aparejado un menor rendimiento en kilos para el productor.

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