lunes, 16 de febrero de 2015

La organización agraria pide a los consistorios que se impliquen en las medidas de prevención y que reclamen al Ministerio de Agricultura que movilice todos los recursos que sean necesarios

La organización agraria pide a los consistorios que se impliquen en las medidas de prevención y que reclamen al Ministerio de Agricultura que movilice todos los recursos que sean necesarios

AVA-ASAJA presenta mociones en todos los ayuntamientos con intereses citrícolas para reforzar el control sobre el “greening”

Valencia, 13 de febrero de 2015. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) está remitiendo a todos los ayuntamientos de los municipios valencianos con intereses citrícolas una propuesta de moción cuyo objetivo no es otro que el de emprender una serie de acciones preventivas encaminadas a reforzar las medidas de vigilancia a fin de reducir al máximo el riesgo de una hipotética entrada de la devastadora bacteria del “greening” o “dragón amarillo” en la citricultura española.

Tal como alertó esta organización agraria el pasado lunes, la detección en varias localidades de Galicia del insecto transmisor de la referida enfermedad, es de decir, de la psila africana, ha disparado todas las alarmas. La Generalitat, coincidiendo con la petición de AVA-ASAJA, ha creado un comité de expertos que determinará las actuaciones a seguir para evitar que el mencionado vector transmisor pueda diseminarse por la Península Ibérica. Asimismo, esta organización agraria ha exigido al Ministerio de Agricultura que tome cartas en el asunto de manera decidida y coordine a todas las comunidades autónomas en las tareas de control y erradicación de la psila africana a fin de cortar de raíz cualquier posibilidad de que la temible enfermedad –la más letal de cuantas se conocen actualmente en la citricultura mundial– pueda llegar a declararse en el territorio español.

Dentro de esa batería de medidas preventivas, AVA-ASAJA ha dirigido un escrito a todos los ayuntamientos valencianos con intereses citrícolas para que se involucren en estas acciones de carácter preventivo. En concreto, se pide a los consistorios que aprueben una moción para que, entre otras cosas, soliciten al Ministerio de Agricultura que movilice todos los recursos necesarios para erradicar la psila africana e intercambie información al respecto con el Gobierno de Portugal, ya que en la isla de Madeira también se ha detectado la presencia del insecto transmisor del “greening”. También se pide al Departamento agrario del Gobierno central que se dirija a la Comisión Europea para que endurezca el control de plagas y enfermedades en las importaciones de frutas y material vegetal procedentes de terceros países, al tiempo que se reclama a la Conselleria de Agricultura que active a su estado de Máxima Alerta el Plan de Vigilancia Fitosanitaria para cítricos.

Asimismo, se plantea a los ayuntamientos la necesidad de que difundan entre los agricultores fotografías de la psila africana a fin de que puedan identificarla en sus explotaciones en el supuesto de que apareciese y, en ese caso, poder ofrecer una respuesta adecuada con la máxima celeridad.

En último término, se solicita a los consistorios que transmitan los resultados de la moción a las máximas autoridades –valencianas, españolas y europeas– en materia de agricultura, comercio exterior, medio ambiente, sanidad vegetal y seguridad alimentaria. Por su parte, AVA-ASAJA también se ha dirigido a las más altas instancias del gobierno autonómico, español y comunitario para solicitarles que pongan todos los medios a su alcance para erradicar la psila y frenar cualquier posibilidad de aparición de la bacteria.

“Estamos firmemente persuadidos –afirma el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado– de que la implicación de los ayuntamientos es fundamental a la hora de prevenir el grave riesgo que supone la llegada de la psila africana a España. Una parte fundamental de la economía de nuestra tierra se sustenta en la citricultura y si tuviésemos la desgracia de que se declarase esta enfermedad las consecuencias sería irreparables, ya que la magnitud del desastre sólo sería comparable al nivel de devastación que causó el virus de la tristeza en nuestros cítricos hace ya más de cincuenta años”.

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