jueves, 14 de mayo de 2015

La organización agraria considera que la situación actual genera inseguridad jurídica a los agricultores y complica la toma de decisiones estratégicas para sus explotaciones



AVA-ASAJA pide que se clarifique el panorama y se despejen
las dudas sobre las nuevas variedades protegidas de cítricos

Valencia, 14 de mayo de 2015. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) considera imprescindible que se clarifique, tanto a nivel jurídico como administrativo y comercial, la situación que rodea a ciertas variedades protegidas de cítricos a fin de despejar las dudas que, en términos de derechos de gestión, envuelven a algunas de ellas. Ayer mismo, el Club de Variedades Vegetales Protegidas (CVVP) hizo público un informe elaborado por el Instituto de Biología Molecular y Celular de las Plantas (IBMCP) –centro mixto de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)- en el que se señala por primera vez, en términos cuantitativos y científicos, que la variedad de mandarina tardía denominada Tango (también conocida como Tang Gold) es esencialmente derivada de la Nadorcott.

Concretamente, el citado informe indica que la Tango y la Nadorcott son idénticas en un 99,9999997% de las posiciones variables analizadas, que no existen diferencias significativas entre los genomas de la Tango y la Nadorcott y que, por tanto, “comparten el mismo genotipo y muestran una conformidad genética reveladora de una derivación esencial”. Esta circunstancia añade más incertidumbre y preocupación al asunto, puesto que actualmente los derechos de gestión de la Tango son objeto de un contencioso que se está dirimiendo en los tribunales sin que hasta la fecha se haya dictado aún la correspondiente resolución judicial y en función del fallo que se dictamine los intereses de los agricultores pueden verse afectados de un modo u otro.

AVA-ASAJA entiende que, a la vista de esta situación, resulta urgente e imprescindible que las autoridades con competencias en la materia, tanto de orden legislativo como jurídico, se pronuncien con la máxima rotundidad y claridad sobre este tipo de cuestiones a fin de despejar todas las dudas existentes y allanar el camino para que los agricultores interesados en apostar por nuevas variedades puedan hacerlo con absoluta tranquilidad. Los productores deben contar con los elementos de juicio que les permitan adoptar decisiones sin correr riesgos.

En estos momentos, lo único que resulta evidente es que el panorama actual genera confusión e inseguridad jurídica y dificulta, en consecuencia, la toma de decisiones estratégicas por parte de los agricultores. Un capítulo importante del futuro de la agricultura apunta precisamente en la dirección de las nuevas variedades protegidas que van surgiendo y es preciso que los responsables administrativos, legislativos y jurídicos proporcionen cuanto antes las herramientas que permitan a los productores saber con toda certeza el terreno que pisan.

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